Solo Shows/ Exposiciones Individuales
Flipping Point. Leopardo Leopardi Gallery. June 2022
Welcome. Proyecto Vitrinas. Curtidas. Barcelona 2018
Juancho. Galeria Sardinuka. Barcelona 2017 (Presentación del Libro autoeditado Juancho con exposición de dibujos originales)
Pájaros en la Cabeza. Paella Showroom. Barcelona 2015 (Proyecto desarrollado en colabración con la fotografa Nini La Mira)
Suturas. GaleríaEspaiB. Barcelona 2010
Collective Shows/ Exposiciones colectivas
Arcana.Chiquita room. Barcelona 2019
Delicartessen. Galería Esther Montoriol. Barcelona 2020, 2021, 2022
Coronavirus world congress. Convent de Sant Agustí. Barcelona 2021
Cuando Pentáculo escultores me invitaron en 2019 a desarrollar una pieza para la exposición, no podía imaginar lo que estaba por llegar. Imagine una pieza que reflejase mi estado de ánimo en aquellos momentos, el Miedo a lo desconocido, y empecé a tejer . La pieza fue creciendo durante el confinamiento domiciliario y siguió creciendo a lo largo de los meses. En esta ocasión, el proceso creativo de tejer, que puede resultar algo mecánico, y bastante relajante, se convirtió en un ejercicio que combinaba la búsqueda de paz y refugio con el inevitable enfrentamiento a la realidad de la calle. Mi mente no paraba ni un minuto. Tejía a menudo delante del televisor, escuchando las noticias y quería convertir mi pieza en una especie de coraza protectora. Soñaba con salir a pasear y encontrarme con mi gente pero cada vez que salía a pasear al perro o al supermercado me sentía como una astronauta que pisa la luna por primera vez.
Las calles desiertas, la mascarilla, el sonido de mi respiración. De regreso a casa, en soledad seguía tejiendo esa pieza en busca de calidez y protección. Soñaba que sería como un preservativo gigante, multicolor, que me permitiría salir al mundo protegida. En un momento dado, tras el cierre perimetral la pieza empezó a cobrar vida, a mutar y se convirtió en un saco de dormir para excursiones imaginadas, y me llevó a participar en una carrera de sacos conmigo misma en el pasillo de casa. Creo que inconscientemente escogí colores vivos y llamativos como un grito de esperanza. Para mi, el arte durante el confinamiento domiciliario se convirtió en una herramienta para vencer el sentimiento de impotencia y el desanimo. El construir la pieza, el chat de Pentáculo, el pedir a la vecina del piso de arriba que me retratase con la pieza por la escalera, las risas, el imaginar, fueron recursos que confirman la importancia y el valor incalculable del arte como lenguaje que nos conecta con nosotros mismos y con el Mundo.